viernes, 7 de septiembre de 2007

Educación


“El sistema nacional de educación está en crisis ello se produce, entre otras causas, por la incapacidad de las actuales instituciones educacionales para satisfacer los requerimientos de una sociedad participativa y solidaria, ya que ellas fueron y son producto de una sociedad que las desarrolló para educar reducidas elites.

La desconfianza de las jóvenes generaciones en la capacidad del gobierno y del sistema para cambiar estructuras que le permitan lograr metas seguras y medios adecuados para enfrentar un porvenir que ven incierto y lleno de peligros, ha iniciado un movimiento en la juventud estudiantil, que culminó en su primera fase en la consolidación de una participación estudiantil en el gobierno de las universidades, logrando con ello intervención en el actual proceso de estructuración de ellas.

La permanente capacidad de adaptarse a los cambios que, la dinámica del acontecer social impone como característica de nuestra época, implica una orgánica amplia y flexible, que le permita resolver los asuntos de su competencia por una constante evaluación que requiere un estudio atento y cuidadoso de datos demográficos, geográficos, económicos y educacionales, relativos no solo al país en su conjunto, sino también a sus diversas provincias y comunas. La época en que se resolvían asuntos serios en base a discursos y declaraciones inspiradas debe ser reemplazada por el rigor del estudio serio y la evaluación científica permanente”

Estas palabras, que en pleno 2007 nos parecen más actuales y coyunturales que nunca, fueron redactadas por el entonces Senador de la República Salvador Allende Gossens, en el año 1968. Y es que aquel eterno deseo de nuestros gobernantes en la historia de chile de llevarnos por la vía del desarrollo, se ha visto siempre empañado por los proyectos y soluciones a corto plazo. El populismo, la copia de lo extranjero, la hermosa y muy útil obra pública inaugurada con bombos y platillos, ha actuado históricamente en desmedro de las soluciones concretas y las bases sólidas que fijen precedentes y políticas a largo plazo, desarrolladas en conjunto entre todos los actores de la sociedad, pero particular y fundamentalmente, junto a quienes serán los destinatarios y vivirán en carne propia y día a día las consecuencias de las decisiones tomadas entre cuatro paredes: la ciudadanía.

Sin duda alguna, que el más claro e incuestionable ejemplo de esta situación es la educación Chilena, por cierto, base primordial e insustituible del desarrollo de cualquier país del mundo, sobre todo en aquellos con tan abismantes cifras de desigualdad, como el nuestro. Lamentablemente, tuvieron que pasar 16 años y varias generaciones perdidas, para que al fin un sector de la sociedad tuviera la capacidad para hacer la denuncia respectiva ante el ineludible juez que constituye la opinión publica (nótese: Solo denuncia, ni hablar de solucionar, o reestructurar). Fue solamente en ese momento, que se logra el debate callejero, que se logran minutos en TV para hablar de educación, que los pingüinos logran reunir a las 75 mentes más prodigiosas de nuestro país a (tomar tesito) buscar los consensos que nos lleven a crear un sistema educacional realmente pluralista, democrático y justo.

Lamentablemente, la única conclusión emanada de todo el 2006, en cuanto a movilizaciones estudiantiles se refiere, es que mientras existan intereses particulares, mientras esté en riesgo la riqueza o algún tipo de dominio de un grupo poderoso de la sociedad, cualquier intento por avanzar se hace cuesta arriba, pero no por ello imposible ni utópico (creo que debemos entender las utopías, simplemente como metas claras sin una fecha de concreción determinada). Por el contrario, los secundarios somos el único gremio en la sociedad que, no teniendo compromisos contractuales con ningún patrón, ni responsabilidades o dificultades económicas que pudieran coartar nuestra acción, estamos en condiciones reales de mantener y agilizar una lucha social para dar inicio, por esta vía a las reivindicaciones que, desde el 11 de septiembre del año 1973, se han hecho cada día mas necesarias e impostergables.

José Joaquín Brunner -padre de la reforma educacional- plantea que la capacidad de cuestionamiento, la cultura cívica y el accionar organizado del movimiento secundario fue producto del sistema educacional que tenemos actualmente
[1]. ¿O sea señor Brunner que la L.O.C.E de Pinochet y las mal logradas reformas Concertacionistas, que con más y más recursos en manos de las mismas burocracias creen solucionarlo todo, han tenido como único fin enseñarnos a organizarnos? ¿Será acaso que el único objetivo de pinocho, con el robo de las AFP, de las isapres, y el asesinato de más de 3600 inocentes, era el crear conciencia popular? No, el pueblo no es estúpido caballero, aunque lo parezca.

Y es que lo del 2006 fue solo el estallido, un generalizado “basta” de días y días de injusticias, de niños que, hastiados de rendir exámenes que no miden vocación sino memoria, basados en contenidos y niveles de enseñanza paupérrimos, frente a mal capacitados y estresados profesores, en salas de clases que se llueven en invierno, con sostenedores que, poco importándoles la calidad de educación que entregan creen que poniéndole nombre en ingles a su colegio están facultados para cobrar estratosféricas sumas de dinero a cambio de la misma porquería que entregan las municipalidades (estas, por cierto porque no dan a basto), y tantos otros problemas para los que, no es necesario un gran estudio para detectarlos, decidieron movilizarse. Esa es la verdad.

Señora Patricia Matte, Señor Harold Bayer, Señora Mariana Aylwin, señores de la iglesia católica, etc.: se les agradece su aporte para mejorar significativamente la cobertura educacional de nuestro país, se les agradece por mantener y defender a libertad de culto, se les agradece por llevar una variada oferta educativa a lugares donde, en aquellos tiempos, el Estado no tenía la capacidad de hacerlo. Pero ya es suficiente de lucrar con “la vocación de servicio público” con que la derecha tanto se llena la boca. Ya es tiempo de llevar la misma calidad de educación que ofrecen los Nido de águila, verbo divino, san Juan evangelista, Santiago College, etc. a Chiloé, a alto hospicio, a La Pintana, entre otros lugares. Ya es tiempo, para comenzar por terminar con el lucro con fondos Públicos, de que el derecho a la libertad de enseñanza le traspase su rango constitucional al derecho a la educación, ya es tiempo de elevar los contenidos mínimos obligatorios y que sean acordes al desarrollo tecnológico de Chile, de crear una carrera profesional docente como la que el país se merece, de reemplazar la PSU por un sistema de ingreso que mida aptitudes y vocaciones, y no con la misma vara a un colegio particular que un municipal, ya es tiempo de que los honorables representen a la ciudadanía, y defiendan sus intereses, no los de aquellos que les pagaron la campaña.

Compañeros, sobre la Juventud Socialista pesa la gran responsabilidad de dar el primer paso, de llevar la vanguardia en las reivindicaciones de los derechos de los trabajadores, (y también de aquellos que estudian para ser trabajadores dependientes de un patrón). En este momento está frente a nosotros, la gran empresa de salir a la calle si es necesario, para continuar el camino en por una educación igualitaria y justa desde el primer momento Que quien sea obrero lo sea por falta de capacidades, por ningún motivo por falta de oportunidades.

Por Felipe Jeldres.



No hay comentarios: